domingo, 9 de marzo de 2008

No tengo nada contra ti.

Eres tú, soy yo, no sé...
Algo ha cambiado con el tiempo, y sí, soy yo quien ha cambiado también. No puedo pensar lo mismo que hace 4 años.
Hace 4 años, un día, lloré en un asiento de la universidad, porque me di cuenta, después de vanos intentos, que no había solución para la situación, y que , con el dolor de mi corazón y aún sin desearlo, pronuncié las palabras que jamás pensé decir: "Tú yo no podemos ser amigas bajo ninguna circunstancia."

Y tenía razón. Aunque lloré por eso, porque me negaba a creer que iba a decir algo así en mi vida, cuando siempre fui yo la abandonada a la circunstancia. Hoy, casi 4 años después de ese episodio, pienso que fue lo mejor, aunque nunca sabré qué hubiera sucedido si me hubiera empecinado en intentar seguir siendo tu amiga.

Hoy me siento bien. Siento que para ser la primera vez que decidía algo por salud mental de ambas, fue adecuado en ese instante, antes que nos hiciéramos más daño del que ya nos habíamos hecho mutuamente. Fue bueno bajar los brazos, porque sino hubiera llegado a odiarte... cosa que nunca logré hacer. Gracias a eso decidí no confiar mi vida a una amiga, aunque el destino prontamente haría de las suyas y me pondría en el camino a otra amiga que sí supo apreciar lo que le brindaba.

A ti, sí, a ti, que algún día te creíste mi amiga y yo también me lo creí, hoy te disculpo de todo lo que alguna vez te culpé. Ya no tengo nada que perder, sino que ganar, y con resentimientos y odio al pasado no se puede avanzar.

Yo te disculpo, y que Dios te perdone...

No hay comentarios: